“Aprender música en la etapa escolar desarrolla habilidades para otras materias”

- ESPECTACULO

“Aprender música en la etapa escolar desarrolla habilidades para otras materias”
“Aprender música en la etapa escolar desarrolla habilidades para otras materias”

Sabrina del Río Dávalos es profesora de música y licenciada en psicopedagogía. En diálogo con El Tribuno resaltó la importancia de aprender a ejecutar un instrumento en la formación de niños y jóvenes durante la etapa escolar.


Los beneficios son múltiples y van desde el desarrollo de la sensibilidad hasta el incremento de sus capacidades intelectuales. “La música estimula diferentes áreas cerebrales, por lo tanto es una actividad completa a nivel neuropsicológico. Favorece el desarrollo de la memoria, la concentración y la atención, que en definitiva son habilidades académicas muy importantes para aprender otras materias”, explicó la docente salteña.

               

¿Se valoran los beneficios de la música en los programas educativos?

En primer lugar, pienso que es muy importante que la educación musical esté presente en la currícula. De hecho, mi tema de tesis fue precisamente ese y trata de cómo la música favorece el desarrollo de las habilidades cognitivas. En mi caso, que trabajo en el secundario, puede dar fe de cómo influye positivamente en los adolescentes. Pero también se hace necesario aclarar que hoy el sistema educativo tiene la materia Educación Artística y no es como antes que muchos colegios tenían Música por un lado y Plástica por el otro. Cada cual tenía su propio espacio. Ahora, el desarrollo de una u otra depende mucho de la orientación que tenga el profesor.

 ¿Cuentan en las aulas con elementos para el aprendizaje?

No hay recursos. Tenemos aulas con muchos chicos y es realmente difícil conseguir instrumentos. Depende mucho de las gestiones que se puedan realizar a nivel institucional. Sería óptimo tener garantizado que cada chico tenga su flauta y cada curso o grado un par de guitarras. Hoy no se cuenta con ningún material y los chicos a pulmón se tienen que conseguir sus cosas, y en muchos casos no pueden hacerlo.

Además depende del contexto. Yo trabajo en un colegio de barrio en Tartagal y para los chicos implica todo un esfuerzo comprarse su flauta o hacerse de un par de toc toc. Hay profesores que les hacen armar sikus y a la vez trabajamos cuestiones teóricas. 


¿Los estudiantes muestran interés por otros instrumentos que no sean los más populares?

A algunos chicos le llama la atención más que a otros aprender a tocar un instrumento. Par mí lo importante es que exploren. Yo a veces llevo uno no convencional, fabricado con una garrafa y que cuenta con placas, y fue afinado con fines musicales. A ellos les despierta mucha curiosidad. Hay que tener en cuenta que el gusto por otro tipo de instrumentos no tan comunes, como lo pueden ser el fagot, trombón, tuba, viola, va a estar ligado a si alguna vez tuvo acceso a conocerlos, a lo que uno le ofrezca. Por ahí nunca disfrutaron de un concierto de la sinfónicaEs difícil querer lo que no se conoce. Ahora se está armando una orquesta infanto juvenil en Tartagal, por lo que más chicos tendrán acceso a tocar un instrumento de la orquesta clásica.

¿Los chicos llegan al secundario con nociones básicas de música?

En Tartagal, donde no hay muchos profesores de música, la mayoría de los chicos llega al secundario sin ninguna experiencia, por lo que hay que abordar la temática desde cero. Es necesario trabajar con mucho esfuerzo en el aprendizaje de este lenguaje, porque la música es un lenguaje no verbal que implica muchos beneficios neuropsicológicos, ya que estimula los dos hemisferios cerebrales. La escuela prioriza mucho las actividades relacionadas con el hemisferio izquierdo, donde se produce el razonamiento, con materias como Matemática y Lengua. Mientras que, la música logra la conexión de los dos hemisferios, porque sus elementos: ritmo, melodía y tono, entre otros, estimulan diferentes áreas cerebrales. Por lo tanto, es una actividad muy completa, que favorece el desarrollo de la memoria, la concentración y la atención, que en definitiva son habilidades académicas muy importantes para aprender otras materias.  


¿Cree que el arte aporta sensibilidad en un contexto cada vez más superficial e insensible?

La superficialidad que existe hoy en la sociedad parece inevitable. Desde hace un par de décadas, quizás más, se instaló una cultura de lo efímero y lo inconsistente. A eso se suma que la música comercial va perdiendo calidad y elaboración. En todo ese contexto estudiar música es un gran desafío para los jóvenes. Pero ese aprendizaje le trae recompensas, ya que les permite ser críticos y selectivos respecto de lo que escuchan, y les da la posibilidad de disfrutar plenamente de lo que eligen. Y sí, las artes tienen eso: generan sensibilidad y empatía.

Tengo alumnos que consumen reggaetón, cumbia y trap pero si les propongo trabajar con la Marcha Turca, de Mozart, se enganchan muchísimo. Es cuestión de presentarles un abanico de posibilidades y de estimularlos a explorar.

¿Cuáles son sus aspiraciones en el aula y como profesional?

Principalmente que los chicos sientan que el paso por mi materia, en su trayectoria escolar, sea memorable. Que amen la música. Si bien el contexto hoy en día es desfavorable o condiciona a los estudiantes en su desarrollo, no es impedimento para que se acerquen a la música a través de un referente o docente. Un sueño personal es poder desarrollar un método propio de enseñanza. Lo que más se acerca a esa aspiración es lo que estoy trabajando con una alumna no vidente que “lee" signos musicales a través del tacto. Mi sueño como docente es que los chicos sean felices.

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