Marina Gugenbichler, cerrillana, junto a un grupo de amigas atravesaron un peligroso sendero de herradura en las alturas de la Quebrada del Toro, siguiendo las huellas del Camino del Inca. 
“Somos un grupo que hacemos trekking y esta vez recorrimos la traza que lleva al Incahuasi (del quechua, wasi (casa) del Inca) o Sillón del Inca, como se lo conoce. Es una aventura que te permite disfrutar de la inmensidad de los paisajes y de su majestuosidad. Estar en las ruinas del inca es una experiencia inolvidable”, contó Gugenbichler.
Se trata de una travesía de aproximadamente 24 kilómetros ida y vuelta, luego de alcanzar una altura de 3.600 msnm. Hasta allí se llega ingresando por el paraje Ing. Maury hasta la cima de la montaña Gólgota, para luego descender hasta el abra de Incamayo (2.860 msnm) donde se encuentra el yacimiento arqueológico.
Las ruinas de Incahuasi se encuentran en el departamento de Rosario de Lerma, entre las quebradas de Incamayo y del Toro. De acuerdo a los estudiosos, “se trata de los restos de una antigua fortaleza incaica que servía para mantener los dominios sobre las tribus diaguitas, atacamas, humahuacas, chiriguanos o lules, construida en tiempos del inca Yupanqui o de su hijo Huaina Capac, en el siglo XV”. Las ruinas actuales comprenden la casa del inca, una serie de pircas destruidas que habrían servido en su tiempo de corral, agujeros rodeados de piedras para la defensa y a una distancia considerable, sobre un cerro, se encuentra el mirador. Estas ruinas fueron declaradas Monumento Histórico el 10 de diciembre de 1945.
La Silla del Inca
La revista 6 de la Escuela de Historia de la UNSa (2007) señala que el Incahuasi está fuertemente arraigado en la población local y es conocido popularmente por una única habitación, que alberga en su interior un asiento conocido como “Silla del Inca”. El sitio no está circunscrito a esa sola estructura, ya que son 8 hectáreas en las que se extiende el área relevada del asentamiento.
De las investigaciones surge como hipótesis que “el sitio Incahuasi no se restringe a la ocupación Inca, sino que posee una ocupación más prolongada, anterior al Período de Desarrollos Regionales como posterior a la ocupación inca. Existen documentos coloniales donde el Incahuasi es mencionada dentro de las mercedes de tierras, lo cual permite pensar en la posibilidad de que algunos sectores fueran reocupados y modificados durante la Colonia y posteriormente”.
El sitio está emplazado en la quebrada del río Incamayo sobre un terreno irregular, definido por cauces fluviales temporarios que separan diversas lomadas.
“La instalación inca se caracteriza al menos por dos elementos: primero, por una arquitectura diferenciada en sus formas y material de construcción. Los edificios poseen un trazado ortogonal y nivelación del terreno para su instalación, característico de este período, conformando recintos perimetrales compuestos, estructuras de usos múltiples, techos a dos aguas, hornacinas y vanos trapezoidales, paredes con revoque de barro batido, lajas en saledizo y camino formalmente construido entre los elementos identificados”, detalla el estudio.
El otro elemento se relaciona con la disposición de los recintos y el uso del espacio. El camino ingresa al sitio a modo de calle que organiza y articula el espacio interno de los edificios incas, los cuales se disponen a ambos lados ocupando el sector más aplanado y próximo a la barranca del río, terreno que en parte fue artificialmente nivelado
El Incahuasi está acorde a la modalidad de reocupación inca en los sitios locales, con una segregación discreta del espacio interno de los sitios, como es el caso de Tastil, Puerta Tastil, Tacuara, San Bernardo de las Zorras, El Rosal y Ojo de Agua, entre otros.
Los incas ocuparon zonas por arriba de los 3.500m, donde construyeron un camino con infraestructura asociada a sectores productivos preexistentes (agrícola, ganadero y minero) y con mejores condiciones para el tránsito y la visibilidad, elementos necesarios para la dinámica impuesta por los cusqueños. Este camino articulaba de manera más efectiva las regiones vecinas como la Puna, Valles Calchaquíes y Valle de Lerma. EI Incahuasi jugó un importante rol como centro político administrativo emplazado en un lugar estratégico desde el punto de vista territorial.
La Municipalidad de Campo Quijano y la comunidad indígena de la Quebrada del Río Toro instan constantemente a los visitantes a preservar la zona. Lo importantes es conservar el patrimonio del reconocido Qapaq Ñan, o más conocido como Camino Inca. La traza traviesa lugares como El Alisal, Ingeniero Mauri, Uriburu y hasta Pascha, considerado patrimonio de la humanidad.
‘La designación como Patrimonio de la Humanidad al denominado Camino Andino Principal, cuya traza o sector que atraviesa nuestra geografía Municipal como así también los caminos aledaños, son considerados por las comunidades como sagrados. Deben respetarse otorgándoles el valor correspondiente para su preservación‘, dijeron desde la Municipalidad de Campo Quijano.
Piden circular en motos, autos y camionetas por los caminos permitidos entre ellos ruta N 51, ruta 127 y 128, que son los únicos circuitos permitidos para utilizar vehículos.
La Ordenanza 11/15, que se encuentra vigente en el Municipio de Campo Quijano, ‘prohibe la circulación de motocicletas, triciclos, cuatriciclos y cualquier otro vehículo motorizado que en su andar pudiese ocasionar daños a los caminos ancestrales y de uso que se encuentren fuera del radio de las rutas mencionadas’.